A lo largo de la historia, los grandes proyectos han estado ligados a tres grandes grupos:
- grandes construcciones (pirámides de Egipto, Coliseo romano)
- infraestructuras de transportes (tren transiberiano, canal de Panamá)
- expediciones legendarias (descubrimiento de América, conquista del Everest)
Aunque tomando algunas licencias, también podríamos incluir aquellos proyectos legendarios que se remontan al principio de los tiempos y que, por convicción o por cultura, ya forman parte de nuestro imaginario. Como la creación del cielo y de la tierra o la torre de Babel.
Y así, a caballo entre la realidad y la ficción, me gustaría confrontar dos proyectos que, a pesar de ser distantes en el tiempo, tienen sorprendentes puntos en común: el Arca de Noé (unos creen que existió y la siguen buscando) y el Proyecto Apolo (otros creen que es propaganda y niegan que se alcanzara la luna). Los dos puestos en duda, relacionados con la idea de un nuevo mundo e implicados en la construcción de una nave jamás vista hasta entonces. Pero hay más…
¿Quieres que te lo cuenten o prefieres ir directamente a las fuentes? Hoy en día, con la tecnología disponible, lo único que nos separa del conocimiento es un clic. Te propongo la visita a los siguientes enlaces y que juzgues por ti mismo:
- Arca de Noé: Genesis, capítulos 6 y 7, con especial atención a los versículos 6.14-6.16
- Proyecto Apolo: discurso del presidente Kennedy en Rice University, 1961. Los casi 18 minutos que dura bien valen la pena, pero me interesa especialmente el minuto 15.
Para los más impacientes, quizá podríamos adelantar algo. Aunque, ¿estás preparado para descubrir que los requisitos de producto, innecesariamente detallados en ambos casos, parecen estar dictados por la misma mano? ¿Bella coincidencia, escalofriante déjà vu o just my imagination?
La verdad es que, más allá del misterio que puedan ocultar y volviendo a la realidad práctica de la gestión, son dos claros ejemplos de cómo debe iniciarse un proyecto:
- con una comunicación oficial por parte del Sponsor, ya sea al Project Manager en una reunión privada o a los Stakeholders en una audiencia pública.
- con una definición de alto nivel (meta y objetivos, justificación, principales entregables, recursos a utilizar, restricciones de tiempo, etc.) que sería más que suficiente para elaborar el Project Charter, ese documento tan añorado sin el que ningún proyecto debería empezar.
Da que pensar. Al final todavía será cierto que ya está todo inventado y que la historia se repite.